domingo, 12 de diciembre de 2010

Periplo en micro

Nuestros aventureros nocturnos viajan en micro y no parece ocurrir nada relevante.
Uno de ellos se encuentra extasiado con la luminosidad del vehículo, se extravía siguiendo las luces de la ciudad, suspendiéndose en sus rincones secretos y en sus abismos.
Otro verá en el reflejo de la ventana, es decir, en la conjunción de las múltiples imágenes que se confunden, la figura de su amor no consumado, con su pañuelo a lo árabe, su tranquila seguridad, su mirada verde, libidinosa y cariñosa. Se lamenta de su vida repartida en diversos mundos.
Otra, siguiendo el rumbo de sus razonamientos, se encuentra consigo misma, y se sorprende ante las posibilidades que le ofrece existir. Su compañero sonríe, acaba de acordarse de un suceso gracioso, se conforma con ser y con lo sido.
Otros dos cantan y golpean rítmicamente los fierros y las ventanas, la noche es pa' gozarla, Corrientes, Corrientes, la gente ya se prende, Corrientes, Corrientes, la gente está demente...
El conductor se duerme en su canoa.
Aún quedan bastantes minutos para llegar.